viernes, 29 de junio de 2012

VIAJE AL NORTE DE EUROPA, DE BERGEN A OSLO


Domingo 17/7/2011. A las 7,30 salimos hacia Oslo. Antes de irme seguí sacando fotos a las casitas de Bergen.




Y a una estatua en un edificio de la ciudad:



Se veían montañas altas y muchos lagos. Llovió casi todo el día, como es común en la zona. Vimos el río y el lago Voss, famoso por sus salmones. También pasamos por la ciudad de Voss y por la cascada de Granvin.

Cruzamos en ferry el fiordo Hardanger en 10 minutos, ni nos bajamos del bus, había mucho viento. Están construyendo un puente colgante que reemplazará al ferry.

El fiordo termina en la ciudad de Eid, donde llegan los cruceros porque es muy profundo, de 500 a 800 metros.

Hicimos una parada en un lugar sobre la ruta llamado Foringhossen donde tomé un café. Había negocios de souvenirs y trolls de madera.



En el camino vimos muchas cabañas con césped en el techo.



De a poco los árboles fueron desapareciendo y empezó la tundra. Grandes lagos, llovía sin parar, estábamos a menos de 500 km del círculo polar ártico. Llegamos a la estación de esquí de Geico. Empezaron a aparecer árboles otra vez. Aquí en Geico se practica el deporte nacional, el esquí de fondo (en superficie plana). Iluminan las pistas de esquí porque en invierno hay muy pocas horas de luz.

Llegamos a Uvdal, donde hay una iglesia luterana de madera con cementerio alrededor. Nos bajamos a verla de cerca, pero seguía lloviendo a cántaros, y hacía frío.



El guía nos había dicho que llevásemos unos sándwiches para comer porque como era domingo probablemente todo estuviera cerrado. Ibamos a parar a comer al aire libre, pero no fue posible por la lluvia. Paramos en una estación de servicio a comer. A las 17,30 llegamos a Oslo, lleno de marinas sobre el fiordo. Subió una guía local que nos hizo una visita guiada. Nos bajamos en el parque de las estatuas, nos mojamos bien mojados.



Después desde el bus nos mostró la catedral, el parlamento, el edificio donde entregan el premio nobel de la paz, el palacio real, la casa de Ibsen. A través de la lluvia, Oslo me pareció una ciudad bastante impersonal, nueva. Nos instalamos en el Radisson Plaza, un edificio muy alto. Decidí no salir hasta mañana. Bruni se fue a pasear sola.


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