sábado, 30 de junio de 2012

VIAJE AL NORTE DE EUROPA - HELSINKI



Jueves 21/7/2011. A las 5 de la mañana me levanté, a las 6 desayunamos y a las 7 en punto el barco llegó a Helsinki, que se pronuncia con la h aspirada y, sorprendentemente, es una palabra esdrújula. Seguía habiendo infinidad de islas sobre el Báltico. Llovía muy fuerte en Turku, el puerto al cual llegó en Finlandia. Más adelante algunos bajaron a dar una vuelta por la ciudad, pero yo me sentía muy cansada por no haber dormido y decidí quedarme. Había un cartel que indicaba que estábamos a 515 km de San Petersburgo.

Unos kilómetros más adelante volvimos a parar en Naantali, una ciudad balnearia con aguas termales. Ahí bajé a dar una vuelta y a ver la iglesia luterana de Santa Brígida, con su cementerio al costado. Estuvimos allí media hora y se puso a llover otra vez.





Volvimos a subir al bus e hicimos 170 km hasta Helsinki. Me dormí profundamente, y en algún momento escuché que llovía muy fuerte. Me desperté cuando estábamos llegando.

Nos instalamos en el hotel Scandic Grand Marina, en la zona del puerto, que es un edificio de ladrillo oscuro que fue un depósito en el siglo XIX y es bastante feo.

Finlandia tiene dos idiomas oficiales: el finés y el sueco, y por norma constitucional, todo tiene que estar escrito en ambos idiomas, hasta las calles tienen dos nombres!! En los colegios se enseñan ambas lenguas.

Es una república semipresidencialista similar a la francesa, y hace doce años que la presidente es una abogada socialista de extracción sindical. La gente en la calle tiene aspecto de rusos, y es muy raro ver escrito el finés. Por suerte todos hablan inglés.

Finlandia tiene 180000 islas y 200000 lagos. Será verdad o exagerarán? Su economía se basa en el papel, la madera y la tecnología. Tienen un alto nivel de vida, pero hay muchos músicos en la calle esperando monedas. Tocan el violín o el acordeón. Y también hay estatuas vivientes.

Fue muchos siglos parte de Suecia y luego fue parte de Rusia, de la cual se independizó el 6/12/1917. Son en total 5 millones de habitantes, y la mayoría vive en el sur, donde el clima no es tan insalubre, aunque hay 19 horas de sol en verano y sólo 4 en invierno.

No hay rascacielos en Helsinki, y los edificios más altos no tienen más de seis o siete pisos.

Fuimos caminando a la plaza del mercado, que quedaba a unas cuatro cuadras del hotel. Allí venden comida, frutas, souvenirs. Infinidad de frutos rojos, frutillas, grosellas, arándanos.


Comimos crepes en uno de los puestos. Después caminamos por la explanada. Ya no llovía y hacía un calor y una humedad insoportables. Empecé a sentir que me bajaba la presión, me volví al hotel y me quedé dormida.

Bruni me despertó porque a las 5,15 íbamos en el bus a recorrer la ciudad. Vimos la Iglesia de la Roca, un edificio muy curioso excavado en la roca que data de 1969, la catedral luterana y la iglesia ortodoxa rusa.




El Báltico no tiene olas ni mareas, hay algunas pocas playas de arena, casi todas las costas son de piedra. El país fue católico hasta 1550, y luterano a partir de la Reforma. Actualmente el 80% de los finlandeses es luterano. El compositor Sibelius nació en Helsinki y es autor de una obra llamada ¨Finlandia¨, vimos un monumento de homenaje a Sibelius en un parque, bastante extraño, con tubos soldados.




También vimos la estación de trenes, que tiene en la puerta 4 gigantes en piedra.

A las 9 de la noche, pleno día, tomé un café y comí un pedazo de torta en el hotel.



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