Miércoles 13/7/2011. Después de 11,30 horas de avión llegamos a Madrid a las 6 de la mañana hora española. Esperamos en el aeropuerto unas dos horas hasta que salió el avión a Frankfurt, dos horas y cuarto más. De allí preguntando (todos hablan inglés) averiguamos de donde salía el subte-tren a la ciudad, porque de la estación en la ciudad salía a las 5 de la tarde el tren a Hanover. Pasaron tres estaciones, alternando aire libre con subterráneo y llegó a la gran estación de Hanover. Muchísimos negocios de comidas al paso, salchichas y facturas gigantes. Dejamos las valijas en un locker que había en la estación y nos fuimos a caminar por la ciudad. Estaba muy nublado y empezó a llover. Era un barrio turco, y entramos en un bar a tomar café para esperar que la lluvia parara. Pero no paró, en realidad llovía cada vez más. Mientras tanto, sentadas en la vereda debajo de un techo, vimos el tránsito caótico de Hanover, que tira abajo el mito de los alemanes rigurosos y ordenados. Por esa calle pasaba el tranvía.
Alli estacionan en cualquier lugar y giran en u, como si fueran sudamericanos! Mojándonos un poco (los paraguas en las valijas en el locker) volvimos a la estación y esperamos que saliera el tren a las 16,55. Salió puntual.
Este edificio finito y alto estaba cerca de la estación:
Teníamos asientos numerados adentro de un cubículo, bastante reducido porque éramos seis personas. Un alemán nos ofreció poner nuestras valijas en unos soportes arriba de los asientos. Pasó una chica que controló los boletos leyendo el código de barras con una maquinita. Le pregunté cuantas estaciones eran hasta Hanover y me dijo que tres. Tardó dos horas y cuarto, pasó por pueblitos, bosques y lagos. Llovía.
Ya en Hanover, preguntamos en la estación cómo llegar al Hotel Dormero. En Informes nos dijeron que eran 500 metros hacia el sur, pero no era tan sencillo, otros en la calle no sabían, y había opiniones diferentes. Después de varios contratiempos, finalmente llegamos al hotel.
Estaba muy cansada y me dolían los ojos. Me saqué los lentes de contacto y me bañé. Más tarde bajamos al restaurant del hotel a comer algo y nos fuimos a dormir. Averiguamos que el grupo de Europamundo salía a las 7,45.
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