miércoles, 14 de enero de 2015

VIAJE A MEXICO - CHICHEN ITZA

Martes 13/1/2014. Desayuné muy rico, café con budin, papaya y banana. A las 9 me vinieron a buscar para ir a Chichen Itzá. Eramos once en una combi, y había gente de varias nacionalidades.
El viaje a Chichen Itzá duró una hora y media por una ruta con colinas y mucho verde. Paramos en el camino una vez para usar los baños.
Como tenía terror de que me picaran los mosquitos fui con pantalones largos y zapatos cerrados, me puse mi pulsera antimosquitos y repelente varias veces. Llevé mi sombrero y anteojos de sol.
Cuando llegamos ya había muchísima gente y hacía mucho calor. El guía no era bueno, parecía aburrido.


Caminamos con él hasta el Castillo, que está restaurado. En estas pirámides no está permitido subir (igual no pensaba hacerlo).





Vimos el gran predio del juego de pelota.


Este es el Grupo de las 1000 columnas:


Nos llevó hasta el cenote sagrado, que es una pileta circular.


Nos dio una hora para que camináramos por nuestra cuenta. Le pregunté qué me aconsejaba ver y me indicó cómo ir al Observatorio.


Esta era una ciudad maya, y son más las dudas que las certezas sobre el uso de cada uno de los edificios. Lo que sí está claro es que los mayas eran buenos astrónomos y matemáticos. Cada una de las escaleras del Castillo tiene 91 escalones, que multiplicado por 4 da 364. A este número le agregan uno, representado por el edificio que está en la cima, y da los 365 días del calendario maya. En los equinoccios, el sol pega en las escaleras de manera tal que se forma la figura de una serpiente cuya cabeza está esculpida en piedra donde terminan los escalones. No está clara la finalidad del juego de pelota, algunos dicen que era un deporte y otros que era un juego de muerte con los enemigos.   
El calor era agobiante y el sol, matador. Shopping por doquier:



Al volver al lugar de encuentro me compré un helado de mandarina que me volvió a la vida.
De allí nos llevaron a un restaurante. Comí pollo a la yucateca y cochinilla pibil, muy buenos ambos.
Volvimos a Mérida, y dormí un rato durante el viaje.
Más tarde me fui caminando a la Estación de Ómnibus y compré el ticket para viajar el jueves a Campeche. A las 6,30 de la tarde ya era de noche, así se veía la Casa de Gobierno iluminada.


Este es el Hotel Dolores Alba Mérida, muy pintoresco. Calculo que debe tener unos 200 años.






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