Lunes 26/1/2015. Hoy
desayuné en el hotel, café con tostadas y papaya. Me preparé porque venían a
buscarme a las 10 para ir a Monte Alban, pero llegaron 9,30.
Es un sitio arqueológico
que está a 10 km de Oaxaca, construido por los zapotecas en 500 AC y abandonado
doce siglos después por razones desconocidas.
Desde allá se ve la ciudad de Oaxaca:
Ya fueran teotihuacanos,
mayas o zapotecas, las ruinas tienen características comunes: la alineación de
los templos con el sol, la forma de las pirámides truncas y el infaltable juego
de pelota.
En Monte Alban hay
piedras con imágenes humanas talladas. Se llama “Galería de los Danzantes”.
No había mucha gente,
pero sí muchos vendedores, y más pesados que en otros lugares.
Sombreros para venderle a los visitantes de los próximos 20 años:
Cuando salimos de Monte
Alban fuimos a un pueblo llamado San Antonio Arrazolas Xoxocotlan, donde la
mayoría de la población de dedica a tallar y/o pintar figuras de madera de
copal. Había muchísimos objetos muy bonitos, todo carísimo.
La siguiente parada fue
en un pueblo cercano llamado Cuilapan de Guerrero. Allí hay una iglesia de los
dominicos del siglo XVI sin techo y con una hilera de columnas derribada por un terremoto.
Fue construida sobre una iglesia indígena al aire libre.
En esta inscripción en una de las paredes dice "1555", año en que se empezó a construir:
Al lado, hay otra iglesia
que nunca fue terminada, por la expulsión de las órdenes religiosas del
territorio mexicano.
Eran las tres de la tarde
y nos llevaron a un restaurante buffet.
Comí varias cosas, entre ellas probé el
mole. Había varios tipos y pregunté cual era el menos picante, pero el negro,
supuestamente el menos picante, me dejó la boca ardiendo. No era feo, supongo
que el mole es la salsa porque tenía trozos de pollo. También había albóndigas,
muy ricas pero también picantes.
Lo negro es el pollo con mole:
De postre comí papaya y
flan para compensar.
La última escala fue en una
alfarería donde fabrican objetos de arcilla color negro. Eran bastante feos.
Volvimos a Oaxaca y la
van me dejó en el Zócalo. Hoy había todavía más vendedores que el fin de semana, y los maestros siguen con el acampe.
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