Sábado 24/1/2015. Dormí
mal y me desperté varias veces. En el Cañón del Sumidero me relajé y no llevé
el repelente. Anoche me di cuenta que los mosquitos me picaron sin piedad.
Preparé mi equipaje y me
fui a buscar un café. Hay que caminar cuatro cuadras y otras tantas de vuelta
para encontrar la cafetería.
Volví al hotel y tomé un
taxi para ir a la Terminal
de ADO. El ómnibus salió puntual 11,30 y tardó más de nueve horas en llegar a
Oaxaca, que los mexicanos pronuncian “Uajaca”. Mucho camino sinuoso de montaña.
Hizo varias paradas, en Cintalapa, Tapanatepec, Zanatepec, Juchitan y
Tehuantepec, y en todas bajó y subió gente. Fue muy cansador, y además tenía el
brazo izquierdo y las pantorrillas calientes e inflamados.
Pasamos por una zona de
mucho viento y con muchos molinos.
Tres veces paró el ómnibus en lugares donde había militares y subieron armados a revisar.
Dela Terminal de Oaxaca tomé
un taxi hasta el hotel, que está a una cuadra del Zócalo.
De
Dejé mis cosas y fui a
comer algo caliente, por suerte para mis picaduras acá hace frío. El Zócalo
estaba lleno de gente y músicos tocando instrumentos.
Volví a descansar. En el
hotel me dieron alcohol para mis picaduras y fue muy efectivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario