domingo, 25 de enero de 2015

VIAJE A MEXICO - OAXACA DE JUAREZ

Domingo 25/1/2015. El alcohol es muy efectivo para las picaduras en México, es bueno saberlo. Dormí bien, y a la mañana la inflamación había bajado.
Me fui al Zócalo y tomé un café con un strudel de manzana y nuez. Volví al hotel y contraté la excursión para ir mañana al sitio arqueológico de Monte Alban. Después volví a salir e hice el walking tour que proponía mi guía.
Oaxaca es una ciudad colonial, de casas bajas, agradable y  pintoresca. 















Hay vendedores ambulantes por todos lados, no hay suficientes compradores para tanta oferta. 


Hay clima de protesta, los maestros acampan en el Zócalo y hay carteles que critican la política educativa de Peña Nieto y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.





Entré al Mercado 20 de Noviembre, donde venden de todo: comida, ropa, zapatos, artesanías.


Pasé por la Iglesia de Santo Domingo y seguí caminando para encontrar la casa donde vivió Benito Juarez. De origen indígena, se graduó de abogado y ejerció la presidencia del país varias veces. De tendencia liberal, separó el Estado de la Iglesia Católica.



Dos presidentes mexicanos, Benito Juarez y Porfirio Diaz, eran oaxaqueños.
Después caminé hasta los Arcos de Xochimilco, que era el acueducto que proveía de agua a la ciudad.



De allí estaba cerca de la Terminal de ADO, así que fui a comprar mi pasaje para viajar a Puebla el martes 27.
Volví hacia el Zócalo, pasé por el Museo de Arte Contemporáneo en la calle Alcalá y entré. Es una casa colonial, y en uno de los patios, sobre una pared, hay escrito un poema estremecedor sobre los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos.






Ya me dolían las piernas, y recién era el mediodía. 
En el Zócalo había dos hombres tocando la marimba, que es un gran xilofón.


Me senté a comer en un bar del Zócalo. Tanto viajar para comer milanesa de pollo con papas fritas. Aquí se llama “pechuga empanizada con papas a la francesa”.


Cuando terminé de comer caminé otra vez hacia el mismo lado para ir al Museo de las Culturas de Oaxaca, pero en el camino me encontré el tranvía turístico y decidí subir.


Dio una vuelta por la ciudad y fue hasta la Colonia Reforma, vimos la estatua de Benito Juarez y un árbol muy bonito de flores amarillas que se llama lluvia de oro.




El conductor del tranvía me dijo que el Museo de las Culturas abría a las 5, así que volví al hotel y descansé un rato.
Más tarde volví a salir, tomé un helado de uva y fui al Museo de las Culturas de Oaxaca. Está en el que fue el Convento de Santo Domingo, un edificio monumental, y al verlo uno se puede imaginar la cantidad de indios que habrán trabajado en su construcción.



Allí se cuenta la historia del estado de Oaxaca, donde existen evidencias de vida humana en los últimos 10.000 años, las ciudades de Monte Alban y Mitla, la conquista española, las rebeliones de los indígenas contra las encomiendas, la independencia, la reforma agraria, y los presidentes oaxaqueños Benito Juarez y Porfirio Diaz.
Cuando salí del Museo había música en la calle. Me acerqué a ver y era una fiesta de casamiento. Un hombre llevaba un gran globo con los nombres de los novios, Andrea y Jeremy. Dos muñecos gigantes, un hombre y una mujer, bailaban, igual que seis bailarinas con trajes típicos. Atrás seguía la orquesta y los invitados. Los hombres llevaban sombreros panamá.
Era todo fiesta. La novia era bellísima, y tenía un vestido blanco con un cinturón bordó. Tiró a sus amigas el ramo de flores, e hicieron el trencito, todo en la calle. Un espectáculo sorprendente.








Ya eran las 7 de la tarde. Volví al hotel cansadísima. Es una casona colonial con un gran patio, al cual dan las habitaciones.




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