Viernes 23/1/2015. Desayuné
unas galletitas que me había comprado ayer, porque en este hotel no hay
desayuno ni cafetería cercana. A las 9,45 me vinieron a buscar para ir al Cañón
del Sumidero.
A esa hora ya hacía un
calor infernal y el sol era abrasador.
Pasamos a buscar a otras
personas y entramos al Parque Nacional Cañón del Sumidero.
Fuimos a cuatro de los
miradores, cada uno más alto que el anterior.
El primero es el Mirador La Ceiba.
El segundo es el Mirador La Coyota.
El tercero es el Mirador
El Tepehuaje.
El último es el Mirador
Chiapas.
A medida que íbamos
subiendo la temperatura era menor. Desde la ruta se ve la ciudad de Tuxtla, que es enorme, tiene un millón de habitantes.
Allá abajo en el río se
veían las lanchas que recorren el Cañón, pero yo no quise hacer ese recorrido
por agua.
Después del último
mirador la camioneta iba hacia el embarcadero para dejar a los que iban a tomar
la lancha.
Yo me bajé junto con una
pareja de españoles para ir a Chiapa de Corzo, que es una ciudad cercana a
Tuxtla. Desde allí tomamos un colectivo, y al bajar, caminamos varias cuadras
hasta llegar al centro. Hacía tanto calor como en el mismísimo infierno.
Había una fiesta
religiosa en el pueblo y por todas partes había vendedores ambulantes. Caminé
hasta el malecón sobre el río y allí me senté a comer algo y a tomar un licuado
de papaya.
Ví la iglesia y los
lugareños disfrazados para la fiesta.
Decidí volver a Tuxtla,
me sentía mal de tanto calor. Por milagro encontré la combi mucho más cerca que
al llegar.
Me dejó en un lugar que
parecía una Terminal de combis. No tenía idea de donde estaba, así que salí de
allí y tomé un taxi hasta el hotel.
Llegué y puse el aire
acondicionado, me acosté y me tomé una aspirina. Una hora y media después
estaba recuperada.
Volví a salir y ya el
calor era agradable y había brisa. Fui hasta el Parque de la Marimba , cambié dolares
por pesos mexicanos y tomé otro taxi para ir a la Terminal de ADO a comprar
el pasaje para viajar mañana a Oaxaca. El primer ómnibus sale a las 11,30 y
llega a las 9 de la noche, así que me pasaré todo el día viajando.
Volví en taxi al Parque
de la Marimba ,
donde hay orquesta y baile todas las noches. El taxista me preguntó si iba al
baile.
Todavía no había
empezado, aunque ya había mucha gente. Crucé la Avenida Central y fui a comer a
un bar que se llama Los Tacos de México. Comí queso fundido al pastor,
delicioso.
Volví al Parque de la Marimba y la orquesta
estaba tocando música tropical. Había muchísima gente bailando y otros mirando
y comiendo.
Me compré un café y me
volví al hotel.
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