Martes 6/1/2015. El vuelo
de Lan salió puntual a las 4,30 de la mañana. Llegó a Lima y allí tuve que
esperar una hora el vuelo a México DF. Llegué a las 2 de la tarde. En México
son tres horas menos que en Buenos Aires.
Tardé una hora en recuperar
mi valija. Trajeron del avión los carritos con las valijas, pero antes de
ponerlas en la cinta las ponían una al lado de la otra en el piso, rompían el
celofán de protección de las que lo tenían, y un perro caminaba varias veces
ida y vuelta sobre ellas, supongo que buscando drogas. El proceso se hizo
largo, pero finalmente la rescaté.
Cambié dolares por pesos
mexicanos, y me pagaron 13,50 cada dólar, así que es fácil y no tengo que hacer
cuentas, el precio en pesos mexicanos es aproximadamente el mismo que en pesos
argentinos.
En el billete de $ 100 hay un azteca, en el de $ 200 está Sor Juana Inés de la Cruz y en el de $ 500, Diego Rivera.
Pasé la Aduana y me fui a buscar el
Metrobus, que sabía que iba del aeropuerto al Zócalo. Lo encontré enseguida
porque había carteles, pero recién pude tomar el tercero. El primero me dijo
que necesitaba $ 40 justos, porque la máquina no daba cambio, y me señaló hacia
atrás y yo le entendí que estaba en la parte posterior del ómnibus. Conseguí
cambio y subí al segundo, pero ahí me dijeron que la máquina estaba un poco más
atrás de la parada del bus. Bajé, compré el ticket y subí al tercero. Pasan muy
seguido, casi no tuve que esperar.
El guarda me dijo dónde
tenía que bajar, pero desde allí tuve que caminar unos 500 metros hasta llegar
a mi hotel. Dejé mis cosas, pedí un mapa
y salí a caminar. El Zócalo está muy cerca, a 150 metros. Comí en un KFC
que está a la vuelta y caminé por allí, pero a las 18,30 ya se hizo de noche.
Pude ver la Catedral
y la plaza gigante donde hay algo que parece ser una pista de patinaje, pero me
fui a dormir muy temprano porque estaba muy cansada.
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