miércoles, 28 de enero de 2015

VIAJE A MEXICO - PUEBLA DE LOS ANGELES

Miércoles 28/1/2015. Desayuné muy rico en el hotel, café, hot cakes y papaya. Como el Turibus recién salía a las 10 me fui a caminar, vi las esculturas de acero inoxidable frente a la Catedral y entré.




Se llama Puebla de los Angeles y por todos lados hay ángeles, tradicionales y modernos, como esta escultura amarilla.



A las 10 compré mi ticket y me subí, pero salió casi 10,30. Había un grupo grande de gente de Chihuahua que hacía mucho ruido.
Puebla no es una ciudad grande. Vimos muy lindos edificios, y los tres grandes volcanes, Popocatepetl, Iztaccihuatl y Orizaba, que desde el centro no están visibles, pero sí desde el Fuerte de Loreto, que es más alto.







Los volcanes son impactantes.




Vimos el monumento al Presidente Benito Juarez.


En Puebla hay muchísimas iglesias.





Me bajé cuando llegó otra vez al Zócalo y me di cuenta que el Turibus no había pasado por la Casa del Alfeñique, que mi guía recomendaba. Está en 4 Oriente con 6 Norte, habíamos pasado cerca.
Fui caminando. 



La Casa del Alfeñique es un edificio de frente muy recargado, y la zona es muy turística, hay muchas tiendas de souvenirs y allí cerca está El Parián, un callejón lleno de puestos de artesanía poblana.


Seguí caminando hasta llegar a la Plazuela de los Sapos, por el cual habíamos pasado con el Turibus. Es un lugar muy alegre, con muchos colores.



Volví al Zócalo. Me compré en una dulcería una rosquita de Santa Clara y una cocada de naranja. Son famosos los dulces de Puebla. Lo más rico es la rosquita, la cocada me pareció demasiado dulce y sólo tenía gusto a coco, no a naranja.


Me fui a dar otra vuelta en el Turibus, el ticket era válido para todo el día. Vi otra vez los volcanes.
Cuando volvimos al Zócalo me fui al McDonalds a comer una hamburguesa, para compensar tanto pollo y cerdo de los últimos veinte días.
Decidí ir a un Museo y elegí el Bello y Zetina, que está a tres cuadras del Zócalo, en la calle 5 de Mayo. Era la casa de una familia rica de Puebla, y, además, coleccionistas de arte. Era una visita guiada y había muy bonitos muebles.
Ya eran las cinco de la tarde y estaba muy cansada. Tomé un café y volví al hotel.

A las 8 bajé a comer un crepe en un bar de la cuadra del hotel y tomé una copa de vino. Después me compré un café en el Oxxo de al lado. Esta es una cadena de superkioskos que está en todas las ciudades mexicanas.


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