sábado, 30 de junio de 2012

VIAJE A PANAMA Y COLOMBIA - DE BOGOTA A BUENOS AIRES


Viernes 7/10/2011. Me levanté temprano y en el desayuno comi arepas, que son bastante insulsas. Miré el noticiero y estaba el Moyano colombiano hablando de la manifestación, y diciendo que se iban a concentrar en la Plaza de Bolívar a las 10,30. Averigüé por Internet que el Museo Botero está abierto hasta las 19 horas, así que calculé que a la tarde iba a poder ir.

Me ofrecieron ir a la mañana a la catedral de sal de Zipaquirá y acepté, según los colombianos es una maravilla. Me vino a buscar un remise y enfilamos para el norte. El remisero me trataba de ¨su merced¨, nunca me había pasado algo parecido. Tardamos aproximadamente una hora en llegar. La zona es bonita, con montañas muy verdes, y el pueblo muy pintoresco. Subimos con el auto hasta la entrada, el lugar se llama Parque de Sal, compré la entrada y cada 15 minutos sale un guía explicando el recorrido. Es una mina de sal que está actualmente en funcionamiento de donde según el guía se sacan 40 toneladas diarias, y que tiene sal para 300 años más a ese ritmo. Será cierto?

Así se ve el pueblo de Zipaquirá desde el Parque de Sal:


El recorrido no incluye la parte operativa de la mina sino el vía crucis y la catedral que fueron excavados en la sal. Es interesante para ver pero demasiado catolicismo para mi gusto. Aunque las cámaras son amplias, sentí un poco de claustrofobia allí abajo y estaba ansiosa por salir.

Cuando terminó el recorrido mostraron un video en el cual explicaban la forma en que se excava la mina y se obtiene la sal. Allí abajo hay negocios, venden artesanías y esmeraldas.

Al salir compré un jugo de frutas en uno de los bares y caminando encontré almojábanas, que siempre comen los personajes de García Marquez . Son unas tortitas de harina de maíz y cuajada (son dulces, así que deben tener un poco de azúcar) muy livianas y aireadas por dentro. Me comí una.


El remise me estaba esperando para volver a Bogotá, pero antes dimos una vuelta por el pueblo.




Cuando llegamos de vuelta a Bogotá era la una de la tarde. En uno de los negocios de la vuelta me compré una porción de pizza gigante de jamón y piña y una cerveza.

Bogotá está lleno de policías, algunos de ellos con perros, que calculo deben ser cocainómanos y se desesperan cuando huelen droga..

Volví al hotel y puse la televisión para averiguar qué pasaba con la manifestación, pero eran todas novelas. Busqué en Internet y decía que para las 3 de la tarde los negocios iban a reabrir porque los manifestantes ya se estaban dispersando. Entonces pedí un taxi y me fui al Museo Botero. El taxista era un chico joven que tomó por la Avenida Circunvalar (Gral Paz bogotana). Muchas curvas y mucho verde, es alta y de allí se ve la ciudad. El Museo Botero está en un edificio precioso que era el palacio arzobispal y me fascinó visitarlo. La mayor parte de las obras son pinturas y esculturas de Botero, pero también hay varios Picasso, algún Degas y algún Renoir, y cuadros de otros pintores desconocidos para mi. Se podía sacar fotos sin flash y saqué varias.







La Candelaria no es llano sino que tiene cuestas pronunciadas. Cuando salí del Museo caminé un poco por allí y fui a la Plaza de Bolívar, que es bastante triste.



Era viernes a la noche y el gentío era impresionante. Tardé una hora en conseguir un taxi que me llevara al hotel, y otros 45 minutos para llegar por el congestionamiento de tránsito que ellos llaman ¨trancón¨. Por segundo día consecutivo me dolía la cabeza, supongo que por la altura. Llegué al hotel y me acosté temprano, porque el sábado me vienen a buscar a las 4 de la mañana, el vuelo sale a las 7.


Sábado 8/10/2011. A las 3 sonó el despertador, yo ya estaba bañada y con la valija casi hecha. A las 3,30 bajé, hice el check out, reclamé el café que me habían prometido y a las 4 vino el remise.

En el aeropuerto de Bogotá, después de haber pasado todos los controles de migraciones y el scanner, y estando todos los pasajeros en la sala de embarque, nos hicieron salir a todos y hubo un control adicional de la policía. Evidentemente buscaban drogas, la mujer que revisó mi cartera metió la mano adentro y después la olió, abrió el cierre de la funda de mi notebook y olió adentro.

En menos de una hora y media llegamos a Panamá. Allí tuve que esperar más de una hora el avión a BA, que llegó a las 8 de la noche. En BA llueve.


1 comentario:

  1. Los perros de la policia no son cocainomanos, buscan armas por que la Plaza de Bolívar es una zona muy delicada, pues queda la Casa de Nariño (equivalente a la Casa Rosada) el Palacio de Justicia ( que fue tomado por la guerrilla en 1985 con 350 rehenes, 98 muertos 11 desaparecidos y el edificio incendiado) y la alcaldia de Bogota

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