Martes 20-7-2010. Me levanté temprano y a las 7 estaba desayunando. Como mi cuarto da al
barranco sobre el río Tomebamba me desperté con el canto de los pájaros. El
desayuno no es buffet, sino que lo sirven los mozos con guantes blancos (Too
much!!). Probé el jugo
de tomate de árbol, que no es rojo sino amarillo y parece naranja con un leve
gusto a melón. Había panes tibios, manteca, mermeladas y frutas. No acepté los
huevos que me ofrecieron. En el salón los únicos latinoamericanos éramos los
mozos y yo.
Ayer pregunté en el hotel cómo conectarme a Internet y me dieron una
clave. Pero no había señal en la red del hotel. Sin embargo, hay una red
inalámbrica pública gratuita en la ciudad a la que pude conectarme.
Este es el museo Remigio Crespo al que fui ayer:
Hoy es muy lindo día y muy claro, y hace frío. A las 9 llegó Carlos y
fuimos a la colina Turi, desde donde se ve toda la ciudad. Por supuesto ahí
arriba hay una iglesia, hay 53 en Cuenca!!!
Los incas llamaron a este valle Guapdondelig, que en quichua significa
¨llanura tan extensa como el cielo¨.
Apenas bajando la colina vive y tiene su taller un ceramista que se
llama Eduardo Vega. La cerámica es artesanía local.
Pasamos por el Barrio El Barranco, con las casas que balconean sobre
el río
Tomebamba:
Después fuimos a la
Plaza de San Sebastián. A los costados de la plaza está la
infaltable iglesia, una casa colonial de estilo andaluz y el museo de arte
moderno. Frente a la iglesia, una cruz de dos metros de altura que los
cuencanos usaban como ¨humilladeros¨ de delincuentes.
Este es el Museo de Arte Moderno, que antiguamente era un hospital:
Los museos de Cuenca no cobran entrada, sólo hay que anotar en una
planilla nombre y procedencia. En el museo de arte moderno además me dieron
unos folletos con detalles de las muestras que están exhibiendo. La mejor es la
de Abdón Segovia, que es un ecuatoriano maniático de los árboles.
Cuando salimos del museo fuimos al mercado 10 de agosto, donde venden
frutas, verduras y comidas. Es increíble la cantidad de frutas que hay acá, es
un paraíso para mí.
Después recorrimos a pie el centro, donde está la Plaza Calderon (fue un héroe de
la independencia). A ambos lados están las catedrales vieja y nueva. Tienen 2!!
A una cuadra de la catedral nueva, que es la segunda más grande de
América del Sur, está la iglesia del Carmen, al lado el convento de clausura de
las carmelitas, y enfrente el mercado de las flores, que son puestos que
atienden todos los días.
Por todos lados hay casas coloniales. La oficina del alcalde está en
una esquina y es de estilo francés.
A la 1 de la tarde Carlos me dejó otra vez en el hotel. Descansé media
hora, fui a comer pollo con jugo de piña y después me fui caminando unas diez
cuadras hacia el este, donde está el museo del Banco Central y las ruinas de
Pumapungo, que significa ¨puerta del puma¨ y donde estaba el palacio del inca
Huayna Capac.
En el museo hay arte religioso y pintura contemporánea. Pumapungo es
un lugar increíble. Un gran parque con los cimientos de las construcciones
incas muy bien cuidado. Muy grande, con senderos en subida y bajada y
escaleras.
Además tiene un jardín botánico y un pequeño zoológico con aves
tropicales. Cuando salí de ahí me dolían las piernas y estaba muy cansada, así
que decidí volver en taxi.
Este es el Monasterio de las Conceptas, uno de los dos conventos de
clausura de Cuenca y que me sirve de guía para no perderme, porque está a dos
cuadras del hotel:
Descansé un rato y después hice una cena dulce con delicias cuencanas:
tomé un café y comí un brownie que llaman negrito, una masita de nuez y un
alfajor. A la noche leí sobre las ruinas de Ingapirca, donde voy mañana.
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