Lunes 19-7-2010. Hoy tenía la mañana libre así que desayuné y me tomé
un taxi al centro histórico, ví otra vez la catedral, la iglesia de San
Francisco, el Sagrario y la
Plaza de la Independencia. Había muchas personas que
protestaban por algo que no me enteré qué era. A lo lejos ví unas torres y le
pregunté a un policía qué iglesia era y a cuantas cuadras estaba. Me dijo que
era la Basílica
y que estaba a unas seis cuadras. Caminé hasta allí pero era en subida!!.
Cuando llegué entré y me senté a descansar un rato para recuperar el aliento. No
era muy bonita por dentro, pero tenía hermosos vitrales. Se llama Basílica del
Voto Nacional.
Seguí caminando sin rumbo fijo y me encontré una maravilla: el Teatro
Sucre, frente a la Plaza
del Teatro.
Al lado había una calle angosta por donde pasa el trolley (le dicen
trole) doble con fuelle al medio. Por todos lados hay gente, sentados en los
bancos de las plazas, descansando. En uno de los bancos frente a la plaza del
teatro, entre los hombres sentados descubrí una estatua de bronce, también
sentada. Les pregunté quien era y me dijeron que era un cómico, de nombre
artístico Evaristo.
Seguí caminando por la
Avenida 6 de Agosto y encontré la iglesia de San Blas y un
edificio neoclásico que era el Hospital Espejo.
Empezó a hacer calor y el sol era muy fuerte. Me había puesto
protector en la cara antes de salir, pero me sentía acalorada, así que tomé un
taxi y volví al hotel. Descansé un rato y bajé porque a las 12,30 me venía a
buscar Patricia para llevarme al aeropuerto y tomar el avión a Cuenca.
Llegó puntual. Había muchísimo tráfico, aunque tienen el sistema que
llaman ¨pico y placa¨, que es lo que alguna vez hubo en BA que no pueden entrar
al centro determinadas patentes (ellos las llaman placas) pero el sistema es
por horas y no por días.
El avión tenía horario de salida a las 14 horas pero salió 13,40!! Fue
media hora de viaje y llegó 14,10. Me estaba esperando Carlos Lara para
llevarme al Hotel Victoria. Me viene a buscar mañana a las 9 para hacer el city
tour.
En Cuenca, como en Quito y Guayaquil, el aeropuerto está en plena
ciudad. Es un poco impresionante ver aviones enormes volando entre los
edificios.
Dejé mis cosas y salí a caminar. Comí un pollo con un jugo de mora muy
rico y recorrí el centro histórico que no es muy grande y que está cerca. Aquí
también hay mucha gente en las calles. Hay muchas iglesias y edificios
coloniales. El hotel está en la calle Larga, que es paralela al río Tomebamba.
A 100 metros para cada lado hay escaleras (gigantes) porque hay una barranca
muy pronunciada. El hotel tiene salida, tres pisos más abajo, a la calle que
bordea el río.
A 20 metros en la Calle Larga
hay un museo de la ciudad llamado Remigio Crespo. Es una casa colonial y mi
guía decía que valía la pena ver la casa. Sólo hay parte habilitada y las salas
tienen unos increíbles cielorrasos de madera pintada. El guardia me dijo que
fue la casa de Remigio Crespo que era escritor, y que de las 90 habitaciones
que tiene sólo esas cuatro salas están restauradas. Los cielorrasos, la
carpintería y los empapelados de las
paredes son originales, los pisos fueron cambiados.
Más tarde salí a comprar un mouse, porque el mío no quería andar, y
comí una pizzeta con cerveza Club, que es ecuatoriana.
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