Miércoles 19/1/2011. Desayunamos,
dejamos las valijas en la puerta del cuarto a las 7 y a las 8 salimos para el
sur. Pasamos por un acueducto impresionante del siglo XV que resistió el
terremoto del 1/11/1755. El grupo de 70 personas nos movilizamos en dos
tremendos buses – los llaman autocares- y nuestro guía es Rui, un chico joven y
muy simpático, que dio mucha información.
Portugal fue una potencia
económica en los siglos XV a XVII. Luego del terremoto de 1755 y las guerras de
la independencia en las colonias pasó a ser un país periférico en Europa.
El último rey de Portugal
fue Manuel II y es una república desde el 5 de octubre de 1910. Desde 1249 a la
fecha tuvo las mismas fronteras. El Rey Don Carlos y su hijo Felipe, que era el
príncipe heredero, fueron asesinados por los republicanos en Lisboa. Asumió el
poder su otro hijo, que fue Manuel II.
Antonio de Oliveira Salazar
era profesor de economía en la
Universidad de Coimbra. Era un hombre soltero, austero, de
vida monacal. En 1928 le ofrecieron ser ministro de finanzas del gobierno
provisorio y aceptó con la condición de controlar en su totalidad el
presupuesto del estado. En un año estabilizó las cuentas públicas y en el
segundo el país tuvo superavit.
Entonces le ofrecieron ser
presidente de la república. Profundamente católico, como presidente siempre
defendió lo rural, porque pensaba que en las ciudades se concentraba el pecado,
cerró las fronteras y se resistió a la presión internacional para que Portugal
abandonara las colonias, afirmando que ¨Portugal es Portugal con sus colonias¨,
que eran Angola, Cabo Verde, Mozambique, Macao y Brasil, entre otras.
Gobernó Portugal durante
más 40 años, y afrontó las guerras de la independencia. Un día cayó de la silla
en la cual estaba sentado, se golpeó la cabeza y tuvo una embolia cerebral. Un
año después murió. Cinco años después de su muerte se produce la Revolución de los
Claveles, preparada en silencio en los cuarteles. A la señal de determinada
música que sonaba en la radio los militares invadieron Lisboa y depusieron al
entonces presidente Marcelo Quetano, que se exilió en Brasil. Fue una
revolución pacífica, no se disparó un solo tiro, y decían que los soldados
tenían claveles en los fusiles en lugar de balas.
En 1986 Portugal entró
junto con España en la Unión Europea.
Actualmente tiene 11 millones de habitantes.
Nos dirigimos hacia el sur
atravesando la provincia de Alentejo, que significa ¨después del Tejo¨, que es
como llaman al río Tajo que bordea Lisboa. Vimos plantaciones de alcornoque,
usado para fabricar corcho, del cual Portugal es el mayor productor mundial.
Desde que se planta el alcornoque, hay que esperar 27 años para sacar la
cáscara para hacer corchos, y luego esperar 9 años a que la cáscara se regenere
y poder sacarla otra vez. También hay muchas plantaciones de naranjas, que los
portugueses trajeron de China a occidente, y Rui contó que en Malta a la
naranja le dicen ¨portugal´.
Siguiendo hacia el sur
llegamos a la provincia de Algarve, palabra árabe que significa ¨al sur´, y que
es la región más turística de Portugal. Pasamos por Portinao y paramos en
Lagos, que es una ciudad de la cual salían los barcos portugueses que iban a
Africa. Contó Rui que muchos ingleses y alemanes jubilados viven en Lagos, que
tiene un clima benigno y es muy bonito. Tiene 20000 habitantes y en verano la
invaden los europeos del norte. Allí caminamos por las calles, vimos el Fuerte del
siglo XIV, las estatuas de Henrique el Navegante y de San Gonzalo de Lagos y la
playa, porque está sobre el Atlántico.
Comimos en una
hamburguesería donde el mozo y dueño, y los clientes, hablaban en inglés. A
nosotros también nos habló en inglés. Le pregunté si era inglés, y me dijo que
era americano.
Después fuimos a Vilamoura,
un complejo turístico más al este y también sobre el Atlántico, que fue en su
momento el más grande de Europa, y donde hay una marina, lujosos hoteles y
departamentos.
De vuelta al bus y viajando
otra vez hacia el oeste llegamos a Albufeira, donde dormimos hoy. El hotel se
llama Real Bellavista y nos dieron una habitación con balcón que hace honor al
nombre del hotel.
Como ya eran casi las 5 de
la tarde, nos fuimos en taxi a la playa de los pescadores, que tiene dos tramos
de escaleras mecánicas, y después nos subimos a un trencito que nos llevó a
pasear por la ciudad.
Cuando terminó el recorrido
ya era de noche, volvimos caminando al hotel y en el camino encontramos un KFC!!!
No habíamos encontrado ninguno en Lisboa y pensaba que en Portugal no había.
Por supuesto que comimos allí, y volvimos al hotel, mañana otra vez salimos a
las 8.
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