Salió puntual a las 9,45 y primero se fue a La Coruña, más al norte, es decir que se alejó de Madrid. Se ve que ahorró tiempo en algún tramo porque en Ponferrada paró media hora y no quince minutos. Tuve tiempo de ir al baño, de comer un bocadillo y fumar un cigarrillo.
El bus era muy cómodo, aunque era el de los pobres y no el Supra, que salía a las 7 de la mañana. Adentro tenía un muy buen aire acondicionado (como para estar con abrigo) y tenía los vidrios polarizados, así que el sol no molestaba.
El cartel con la temperatura exterior llegó a decir 36 grados, subía a medida que se acercaba a Madrid.
Parte del viaje estuvo sentado detrás mío un chiquito que no paraba de hablar, pero igual dormité. Llegué a Madrid a las 19,30. Hacía un calor infernal. Yo no conocía la Estación Sur y había estudiado la forma de ir en metro hasta el hostal, pero decidí tomar un taxi.
A las 8 de la noche, pleno día, ya estaba en el Hostal Cibeles. Me dieron la misma habitación que cuando llegué el 16/7, pero después me cambiaron a la de al lado porque el aire acondicionado no quería prender.
Dejé mis cosas y me fui al KFC de Plaza del Sol, hace rato que no comía el pollo de KFC que tanto me gusta. Muchísima gente en la calle, y un grupo de policías en la Plaza, vi muy pocos en este viaje.
Me compré una botella de agua y me volví al hostal y al aire acondicionado. Mañana, último día en Madrid, a la medianoche vuelvo a BA.