Martes 3/4/2012. A las 3 de
la mañana me desperté con un espantoso dolor de cabeza, seguramente por los
3350 msn. Me comí un chocolate del frigobar y me tomé un ibupirac 600. Cuando
pasó, me volví a dormir hasta las 7. Desayuné muy rico y salí a ver Cusco sin
lluvia, hoy es un día de sol.
A las 9,30 nos vinieron a
buscar y salimos. Tenemos una guía que se llama Melba y es excelente. El Cusco,
que los incas llamaban Cosco,.que significa ombligo, era la capital de la
nación inca, el Tahuantisuyo. Hubo 14 reyes incas, el primero fue Manco Capac y
el último, Atahualpa.
El camino es muy bonito,
los lugareños se dedican a la agricultura, maiz y papa, de la cual hay 3500
variedades, y se ven los sembrados en las laderas de las montañas.
La primera parada fue en
Awanakancha, que es una comunidad de 450 familias donde hay vicuñas, llamas y alpacas,
tejedoras tejiendo en los telares, las papas de las formas más curiosas y una
tienda muy completa. No cobran entrada, Melba sugirió que dejáramos un sol en
una alcancía.
Al salir de Awanakancha empieza
el Valle Sagrado de los Incas. Allí, en las altas montañas, están los apus, los
glaciares que al derretirse permiten mantener los cultivos durante todo el año,
y no como en otras zonas, sólo en la época de lluvias.
Nuestra segunda parada fue
en Pisaq y fuimos al mercado, donde yo estuve en 1980, pero ahora está mucho
más turístico. Hay muchísimos puestos de artesanía, joyas y tejidos. Visitamos
una fábrica de joyas de plata y nos mostraron como la preparan para hacer las
joyas, agregándole un 5% de cobre, por eso la llaman plata 950.
Compré varias cosas en el
mercado, y tomé un jugo de naranja exprimido en el momento que era delicioso.
Los buses turísticos
estacionan en fila india en una calle y van avanzando a medida que los turistas
terminan el recorrido, está muy bien organizado y hay mucha gente.
Pasamos por Calca, que es
la capital del Valle Sagrado, y allí paramos a almorzar en un restaurant de un
hotel que se llama Yucay. Había muchísima gente, se ve que todos los buses
turísticos paran allí y era un almuerzo buffet. Comí pollo, cordero, papas con
salsa huancaína, tallarines, pastel de quinoa, y postre de tres leches, más una
cerveza Cuzqueña y café.
La siguiente parada fue en
la chichería. Mientras esperábamos que saliera el grupo anterior, Melba mostró
la casa, típica de la zona, y explicó lo que era el despacho, una caja con
muestras de los frutos de la tierra y pedidos a la Pachamama para el año
siguiente que hacen las familias, después lo queman y lo entierran. El ritual
se hace en el mes de agosto.
La dueña de la chichería
Doña Mechita sirvió un poco de chicha a cada uno, hicimos un brindis en
quechua, tiramos un poquito al piso para la Pachamama y nos tomamos
lo que quedaba. Para mi era muy fuerte y muy ácido. Después Doña Mechita sirvió
otra ronda de chicha frutillada, que para mi gusto era más rica. En la puerta
de la chichería se indica con una bolsa de color rojo que hay chicha
disponible.
Después de la chichería
llegamos a Ollantaytambo, donde también estuve en 1980, pero ha cambiado
completamente. Abajo hay otro mercado de artesanías y después subimos por una
escalera de piedra hasta arriba, donde a la llegada de los españoles estaban
construyendo un sitio religioso que quedó trunco. Melba hizo tres paradas
porque la subida era difícil. En los descansos, explicó lo que se sabe del
lugar. Arriba hay muros de grandes piedras encastradas perfectamente unas en
otras, protuberancias que probablemente servían para arrastrarlas y se ven las
terrazas de cultivo y el pueblo debajo. Bajar casi fue más difícil que subir,
porque las escaleras son empinadas y los escalones irregulares y en algunos
tramos no hay pared lateral para sostenerse.
De allí volvimos a Urubamba
al Hotel San Agustín de la
Recoleta , que parece un convento, y probablemente lo haya
sido, porque los cuartos dan a patios cuadrados con portales alrededor. Mañana
lo veré mejor porque llegamos casi de noche.
A las 8 fui al restaurante
a comer algo, y la pareja de tucumanos con quienes me senté en el almuerzo me
invitaron a sentarme con ellos, ella es geóloga y él es contador. Comí pollo
asado y compartí con ellos vino peruano riquísimo.
Me voy a dormir temprano,
mañana es el día de Macchu Picchu!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario