Viernes 27/1/2012.
FLORENCIA. Me desperté a las 8, desayuné y a las 9, cuando sonaban las campanas
de la iglesia (supongo que es San Lorenzo, que está acá cerca) salí. Crucé otra
vez el Ponte Vecchio, lleno de joyerías. Cosas preciosas, y carísimas. Los
Medici hicieron que los joyeros se instalaran allí, antes estaban los
carniceros, que tiraban las sobras al río. Fue el único de los puentes sobre el
Arno que los alemanes no destruyeron.
Hoy está nublado, pero no
hace frío.
Otra vez al Palacio Pitti,
mi billete tiene vigencia por 3 días. Entré a la Galería de Arte Moderno,
pero nada de siglo XX. Los cuadros y las esculturas que hay allí son del siglo
XIX. Lo mejor, el edificio. Siguen los salones pintados al fresco, techos
abovedados y esculturas de mármol en los cielorrasos.
Después entré al Museo de
los Tesoros. Allí está el cuadro de Rubens de Rómulo y Remo con la loba,
salones que no se pueden describir por lo suntuosos, frescos, joyas, muebles
impresionantes, vajilla, juegos de ajedrez, candelabros. En el segundo piso
siguen los tesoros, pero los cielorrasos son mucho más bajos.
Eran más de las 12 cuando
salí de allí. Los dos museos que me faltan en el Palacio Pitti, el del traje y
el Bardini, los dejé para mañana, y me fui a Santa Croce, porque mi amiga Mirta
me recomendó que fuera, aunque estoy saturada de iglesias. Fue un buen consejo.
Llegué sin preguntar,
mirando el mapa, que con mi nulo sentido de la orientación es casi un milagro. Santa
Croce en realidad es más un cementerio que una iglesia, hay 250 tumbas de
mármol en el piso, más los monumentos funerarios de Dante, Galileo Galilei,
Nicolás Machiavello y Miguel Angel.
Esta es la tumba de Miguel
Angel:
Están enterrados allí todos
ellos, salvo Dante, porque murió en Ravenna exiliado y lo enterraron allí y no
quisieron devolver sus restos a Florencia. Dante tiene el monumento funerario
adentro y una tremenda estatua en la puerta de la iglesia.
Hacía frío adentro de la
iglesia, alquilé la audioguía pero me dediqué a escuchar sobre las
personalidades que fueron enterradas allí y no sobre las capillas, porque ya
estoy un poco saturada de catolicismo. Cuando terminé, vine caminando hacia el
hotel, y comí pizza. También compré en el supermercado queso y jugo de frutas,
por si hoy no quiero salir, porque estoy muy pero muy cansada.
Mi hotel está en Vía Cavour
y el que reservé en Roma también está en la Vía Cavour de Roma. Hoy
en el Museo de los Tesoros citaban a Camillo Benson, Conde de Cavour, fue un
político piamontés que vivió en el siglo XIX y que luchó por la unificación de
Italia.
No salí, estoy muy cansada,
comí queso, galletitas y aceitunas, y tomé jugo de fruta.
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