El avión a Madrid salió unos minutos después de su horario, y tardó 12 horas y media en llegar. Fue un viaje muy tranquilo, dormí bastante, y hubiera dormido más si no hubiera sido porque al lado y en el asiento del otro lado del pasillo había dos roncadores. Eran las 13,30 en Madrid.
Para buscar el equipaje tuve que tomar el tren interno del aeropuerto. Con mi valija en mano busqué el metro, compré el pasaje y tomé la línea 8 hasta Nuevos Ministerios. Ahí tenía que hacer una combinación, pero cuando saqué el boleto en la máquina no me daba más opciones. Cuando llegué a Nuevos Ministerios tomé la dirección que decía Puerta del Sur, tenía que ir hasta la estación Tribunal, y me encontré directamente con las vías, pero no tenía boleto. Subí en un ascensor hasta que encontré una oficina, y el hombre me dijo que si quería sacar el boleto tenía que caminar mucho, que fuera nomás con ese, que eran sólo tres estaciones. Le pregunté si estaba seguro, porque no quería terminar en cana por infractora el primer día. Así que lo primero que hice en Madrid fue una sudacada.
Llegué a la estación Tribunal sin novedad, nadie me pidió el boleto.
Después de algunos errores llegué a mi hotel, que está en la Calle del Barco. En realidad es un hostal, a dos cuadras de Gran Vía, sencillo, impecablemente limpio y con wi fi. Un hallazgo que encontré por tripadvisor a 35 euros por día. Ya en el aeropuerto me habia desabrigado porque acá hace mucho calor.
Mucha gente en la calle, los negocios y las terrazas de los cafés llenos, muchos turistas. Donde está la crisis?
Son las 10 de la noche y todavía no oscureció, me voy a dormir porque estoy destruida.
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