jueves, 5 de julio de 2012

VIAJE A PERU - LIMA 2


Domingo 1/4/2012. Otro atracón de frutas tropicales en el desayuno, incluso un orito (banana minúscula que conocí en Ecuador), pancitos con semillas, queso de cabra, todo delicioso.
Rosario y Ciro insistieron en pasarme a buscar por el hotel para llevarme al Museo Oro y después pasarme a buscar por el museo cuando terminara para ir a almorzar. Dije que podía llegar por mis propios medios pero no hubo caso. No quería complicarlos, porque ellos van al supermercado los domingos por la mañana. No hubo forma de convencerlos, así que Ciro dejó a Rosario en el super, me vino a buscar al hotel, me dejó en el museo que está lejos de Miraflores, en el distrito de Surco, volvió a buscar a Rosario, y después vinieron ambos a buscarme al museo.
Alquilé la audioguía y admiré los objetos de oro de diversas culturas que los españoles no saquearon sólo porque estaban enterradas. Hay muchísimos objetos hechos de oro, cobre y turquesas peruanas, aunque también hay algo de cerámica e impresionantes momias y fardos funerarios.



Muy interesante la explicación de la audioguía de que para los indígenas el oro era un material fácil de obtener y de trabajar, porque eran buenos orfebres, pero no tenía para ellos el valor económico que tenía para los españoles.
Pasé rápidamente por el museo de las armas, mucho menos interesante para mí.
Yo había visto en el museo de las armas un hombre que se movilizaba en silla de ruedas con motor. Mientras esperaba a Rosario y a Ciro en la puerta este hombre salió, y se acercó una camioneta con puerta lateral. Bajaron una rampa, subieron al hombre con su silla y lo acomodaron con silla y todo en el asiento del acompañante, que era un lugar vacío. Plegaron la rampa y cerraron la puerta. Qué tecnología!
Llegaron Rosario y Ciro y fuimos a almorzar a un restaurante cerca de su casa aquí en Miraflores con Maite, la hija de Rosario. Llegué a la conclusión de que la cocina peruana es excelente, siempre pensé que eran sabores muy picantes, pero sólo era un prejuicio mío. En realidad, si no hubiera estado con ellos nunca hubiera probado cosas tan diferentes, todo exquisito y muy elaborado.
De entrada compartimos papas a la huancaína y causa limeña. La salsa huancaína tiene la consistencia de la mayonesa y se hace con un ají amarillo. La causa limeña son como canapés con base de papa de color amarillo y una mezcla de pollo arriba, todo muy suave y exquisito.

Estas son las papas a la huancaína:



Y esta la causa limeña:


Después comí ravioles de asado con mostaza y parmesano. El relleno era de algo así como peceto y los ravioles eran triangulares. Un manjar.
Tomé chicha morada, que es agua hervida de choclo marrón mezclado con otras frutas. Acercaron una mesita llena de postres, y era muy difícil elegir, pero me decidí por el suspiro limeño, que es una mezcla de claras con oporto increíblemente rico.




Como verán, no estoy pasando hambre en Perú.





Volvimos a la casa de Rosario y tomamos café, y después me fui con ella al supermercado, ví el choclo marrón oscuro casi negro, las chirimoyas, un paraíso para mí la cantidad de frutas que hay aquí.
Compré canchita, que son los granitos de choclo que comí en Paracas, salsa huancaína, turrón de Doña Pepa y otros productos típicos y volví al hotel. Pensar en seguir comiendo hoy sería inmoral, así que fui al bar y usé mi nuevo voucher para tomar un pisco sour y se acabó por hoy todo tipo de ingesta, sólo agua. 



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