Lunes 23/1/2012. FLORENCIA. Me desperté sola sin despertador a las 7,15. Hoy, por fin, no tenía hora fija, sabía que a las 11,15, y cada media hora, salían trenes a Florencia. Me duché, desayuné y preparé mi valija. A las 9,30 salí del hotel, caminé hasta el metro, unos 700 metros, y fui hasta la Stazione Termini. Compré el pasaje para Florencia y el tren, que iba a Milán, salió puntual a las 11,15 y paró unos cinco minutos antes de llegar a Firenze Santa María Novella porque sino llegaba antes de las 12,46 que era su horario. Es un tren de alta velocidad, muy silencioso y muy cómodo. Hay primera y segunda clase, pero me vendieron segunda sin preguntarme (45 euros) y era buenísimo. Como ya estuve en Florencia hace algunos días y sabía que podía venir caminando desde la estación, pregunté por la vía Cavour y cuando vi el Duomo ya me ubiqué y llegué.
Es un hotel antiguo, tiene adornos de lo más originales en los palieres (acá en el primer piso hay un maniquí con un vestido antiguo de fiesta), escaleras y recovecos, balcones internos.
Volví al hotel a disfrutar de Internet. A las 18,30 bajé al bistrot del hotel donde me ofrecieron un drink de bienvenida con un snack. Pedí vino rosso, y me trajeron un plato con queso, fiambre y una brusccheta. Todo muy rico. El bistrot es un restaurantito al cual también se accede por la calle, que no tiene más de 7 mesas y es muy simpático.
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