martes, 21 de agosto de 2012

VIAJE A ESPAÑA Y PORTUGAL - MADRID Y ALCALA DE HENARES


Lunes 10/1/2011. Otra vez estábamos desayunando 7,30. A las 8,15 tomamos el metro a Atocha, y de allí el tren de cercanías a Alcalá de Henares. Son trenes modernos y cómodos, con calefacción y dos pisos, muy silenciosos. Tardó cerca de media hora para hacer los 31 km. Al salir de la estación caminamos varias cuadras hasta la parte antigua, donde está la Universidad fundada por el Cardenal Cisneros en 1499. Pasamos por el Palacio Laredo, de estilo mudéjar, del cual hablaron después en la visita guiada de la Universidad. Mientras esperábamos la hora de esta visita, fui a dos cuadras a la información de turismo y me dieron un mapa y me explicaron donde estaba la muralla y la casa de Cervantes, que es un museo pero los lunes está cerrado.
Alcalá de Henares cambió muchísimo desde mi visita en 1981, hay cientos de edificios de departamentos nuevos, y en 1998 la UNESCO la declaró patrimonio de la humanidad, pero las cigueñas siguen anidando en las cúpulas como hace 30 años.


La iglesia contigua a la Universidad, donde fue enterrado el Cardenal Cisneros está en obras y no se puede visitar. La fachada de la Universidad, de aspecto barroco, tiene muchísimos simbolismos: San Ildefonso, patrono de la universidad, los dioses griegos Perseo y Atenea, San Pedro y San Pablo, el Dios católico con el mundo en la mano y las siglas XPS –la Trinidad en latín-, figuras de viejos y jóvenes que dan cuenta de la fugacidad de la vida y el carpe diem, las diez ventanas que representan los diez mandamientos.


Originalmente era de la iglesia católica, y se dieron clases desde 1508 y durante cuatro siglos. Luego hubo problemas con la iglesia y la compró el Conde de Quintos, que vendió muchos libros y muebles y después la propiedad pasó a una sociedad de condueños residentes de la ciudad.
El primer patio está dedicado a Tomás de Villanueva, que fue obispo de Valencia, y el primer alumno de la Universidad en ser canonizado.
En los muros, los escudos de la Universidad y del Cardenal Cisneros, muy parecidos entre sí. En el centro, una figura con cisnes, por su parecido fonético con Cisneros.


En los pináculos de la segunda planta, hay una letra en cada uno, que dicen, en latín, ¨lo que antes en adobe, luego en piedra¨, y se refieren a las mejoras efectuadas en el edificio luego de 1662, cuando se reemplazó el material original y se construyeron mejores habitaciones para los estudiantes ricos.
El segundo patio es el de los filósofos, ya que allí estaban las aulas de esta carrera, y las habitaciones de los estudiantes continuos, que estaban becados por ser pobres. Este patio debió ser reconstruido porque el Conde de Quintos puso allí una fábrica textil. Allí da la Puerta de la Gloria, por donde salían los estudiantes que habían aprobado su doctorado, y estaban obligados a dar una fiesta para toda la ciudad.


Quien no aprobaba salía por la Puerta de los Burros, lo sometían a toda clase de humillaciones, le escupían la toga –se llamaba la nevada alcalaína- hasta que quedaba blanca. Qué asco!!
A los estudiantes continuos que aprobaban su doctorado la Universidad les prestaba el dinero para pagar la fiesta, que después debían devolver.
Existía una celda donde eran encarcelados los estudiantes que no llevaran el uniforme reglamentario, la toga, que hablaran otra lengua que no fuera el latín dentro de la Universidad de lunes a sábado, o que llegaran luego del toque de queda. Había también dependencias donde los graduados podían permanecer un tiempo hasta que consiguieran ubicarse.
Las carreras que se estudiaban eran derecho canónico, teología, medicina y filosofía. Este era el colegio mayor y había también doce colegios menores en los alrededores, que llegaron a ser cuarenta más tarde. A uno de estos colegios menores pertenece el tercer patio contiguo, llamado trilingue, porque allí se elaboró la llamada Biblia complutense en latín, griego y hebreo, de la cual se conservan sólo tres ejemplares, uno de los cuales está en el Palacio Laredo.

Este es el Palacio Laredo, de estilo Mudejar, que está cerca de la estación de tren:



El paraninfo es un salón de actos en el cual se tomaban los exámenes de doctorado, que duraban una semana cuatro horas por día, y del que formaban parte el aspirante, su tutor, todos los demás profesores y autoridades de la Universidad y el resto de los alumnos. Todos los profesores interrogaban al aspirante. Actualmente se entrega allí el día 23 de abril de cada año el Premio Cervantes, y sólo se abre la Puerta de la Gloria para que entre y salga el Rey. En la antesala están escritos en la pared los nombres de todos los escritores que recibieron el premio, entre ellos Borges, Bioy Casares, Vargas Llosa, Gerardo Diego y Juan Gelman. El paraninfo debió ser reconstruido ya que el Conde de Quintos lo convirtió en una cuadra, y tiene una mezcla de estilos gótico, mudéjar y plateresco. El cielorraso es de madera con adornos de flores de lis.
Cuando terminó la visita guiada fuimos por la Calle de la Trinidad hasta la parte de la muralla de la ciudad. Alcalá de Henares fue la ciudad romana Complutum, que significa ¨entre ríos¨, y luego una ciudad medieval con muralla y foso.


También se conservan las puertas de Madrid y de Burgos.


Caminando otra vez hacia la estación de tren está la Catedral, y la Calle Mayor con recovas que llaman ¨soportales¨ y allí la casa natal de Cervantes. En un banco, en la vereda, las esculturas en bronce de Don Quijote y Sancho Panza. Alcalá de Henares se promociona como ciudad literaria por todos estos antecedentes.

Aquí estoy con el Quijote y Sancho Panza:


Para mis colegas, ésta es la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Alcalá, muy alegre!!


Fuimos a comer algo a un bar de tapas, y Axel se volvió a Madrid. Yo me tomé un taxi y me fui al cementerio viejo, a ver si podía reconstruir alguna historia familiar, pero el conserje me dijo que tenía que averiguar en el Ayuntamiento, y ya había cerrado. Al pasar otra vez camino a la estación ví el Palacio Laredo, pero estaba cerrado, así que tomé otra vez el tren de cercanías y el metro y volví al hotel. Estaba lloviendo otra vez.

En la estación de trenes está esta escultura, pero no pude averiguar qué significa:


Descubrí que el McDonalds que está a tres cuadras del hotel frente al edificio de Telefónica sobre la Gran Vía tiene wifi, así que fuimos a comer ahí y me conecté a Internet. Cuando salimos lloviznaba otra vez. 




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