miércoles, 8 de agosto de 2012

VIAJE A GRECIA Y ESTAMBUL - DE ATENAS A ESTAMBUL


7/2/2010: Ultimo dia en Atenas. Tomamos el bus turístico, que es caro (18 euros) pero excelente. La parada es en Plaza Syntagma y la vuelta dura una hora y media. Para conocer esta ciudad habria que quedarse un mes. Justo a las 11 terminó la vuelta en la misma plaza Syntagma, y era domingo, así que vimos la ceremonia del cambio de guardia frente al parlamento.





Me compré una cartera Prada (trucha) a 20 euros y un mouse a 5 euros y volvimos al hotel porque el checkout es a las 12. Dejamos las valijas en la agencia e intentamos caminar un poco más pero se puso a llover. Compramos un paraguas y vimos la estacion de metro de Plaza Syntagma, que es un museo. Cuando hicieron las excavaciones para construir el metro encontraron muchísimos objetos.
Busqué un supermercado para comprarle aceitunas a Eric, pero no hay en el centro de Atenas, y en los negocios de souvenirs son carísimas, como el aceite de oliva. También fuimos al Museo Histórico, que me aclaró la participación de Grecia en las guerras mundiales (domingo, gratis).



Antes de las 5 estábamos en la agencia y el taxi nos llevó al aeropuerto, que está a 50 Km. Llovía sin parar. Tuve un inconveniente con los pasajes Atenas-Estambul, porque me decían que estaban "refunded" o algo así, pregunté qué significaba y me dijeron que estaban anulados (??). Le di al empleado la tarjeta de la agencia, llamó y emitieron nuevos tickets. El avión no salio a las 7,30 como estaba previsto sino a las 8 y el viaje duró una hora y cuarto. Nos estaba esperando un hombre que sólo hablaba turco, pero nos depositó en el Metropol Hotel.
En el avión nos dieron un snack, pero Axel tenia hambre, así que salimos a comer algo. Estamos en pleno centro histórico. Viniendo en el taxi vimos Santa Sofía iluminada y una mezquita impresionante que hoy nos enteramos que es la Mezquita Azul. Axel comio una carne con arroz y ensalada y yo pollo (aca no hay cerdo porque los musulmanes no lo comen). Tomamos el famoso té de manzana que es exquisito. El mozo que nos atendió se llamaba Muzo, hablaba un poco de castellano "porque tenía novias españolas". La moneda local es la lira turca (LT) y el cambio es un euro = 2 liras. Le pagué en euros y me dio el cambio en liras. Los billetes tienen la foto de Ataturk, que fue el primer presidente de la república turca, y que también es el nombre del aeropuerto. Es un prócer.
Estar en Estambul es como una película de las 1000 y una noches. Los bares tienen almohadones en la vereda con los narguiles (aunque hace un frío de morir). Es otro mundo.

8/10/2010: Me desperté a las 5 de la mañana escuchando una letanía que después me enteré que era el llamado a los musulmanes para el primer rezo del día (hay cinco por día, y los llaman desde cada mezquita, y la Azul está muy cerca de aquí). Abrí un poco la ventana porque la calefacción del hotel es asfixiante. Por primera vez me desperté a las 8 (muy tarde para lo que acostumbro últimamente), y corrimos porque a las 9 nos venían a buscar para hacer el city tour. Acá también había aceitunas en el desayuno y más ricas que las griegas. Puntualmente nos vino a buscar Jaime, hijo de españoles exiliados después de la guerra civil
y que habla castellano casi perfecto y nos llevo caminando, porque todo esta acá cerquita. El me explico más acerca de Mustafá Ataturk, que occidentalizó al pais y lo convirtió en república, después de cuatro siglos de gobierno hereditario de sultanes (de 1453 a 1856), modificó la lengua y murió a los 57 años de cirrosis. También nos habló mucho de Sinan, arquitecto autodidacta, llamado el Miguel Angel turco, que ideó muchos de los edificios.

Primero fuimos al Palacio de los Sultanes, que ahora es museo. Hubo 36 sultanes en total, todos de la misma familia, ya que el cargo era hereditario.
El último murió en Italia, en el exilio. El palacio es de un lujo impresionante y las joyas que usaban los sultanes y sus esposas no se pueden creer, con diamantes y piedras preciosas. El más recordado de ellos es Suleyman llamado el Magnífico, ya que parece que vivía en el lujo exhuberante pero también trabajaba para el bien de sus súbditos.





Muy cerca está la Iglesia de Santa Irene y unas casas de madera de tres pisos que tienen 300 años. Como hoy es lunes Santa Sofia está cerrada (pensamos ir el miércoles a la mañana) y Jaime nos explicó que le agregaron los minaretes cuando fue convertida en mezquita.
Después nos llevó a un negocio que vende alfombras, joyas y prendas de cuero. Nos atendió el dueño, nos hizo desplegar decenas de alfombras y nos convidó con té de manzana. Las alfombras están hechas a mano y son impresionantes. Cuando se convencieron que yo no iba a comprar ninguna, me empezaron a mostrar esmeraldas, rubíes y diamantes. Cuando se convencieron de que tampoco iba a comprar joyas me mostraron camperas de cuero, pero super blandito, un placer tocarlo. Les agradecí mucho que me hubieran mostrado cosas tan maravillosas y les dije que iba a volver cuando fuera millonaria. 


Cuando salimos del negocio vimos una manifestación. Les saqué una foto como si en mi país no existieran!!


Lo siguiente fue la cisterna de Justiniano, un inmenso lugar subterráneo con 336 columnas que almacenaba nueve millones de metros cúbicos de agua para abastecer a la ciudad y que sacaban de un lago. Actualmente es un museo.
El city tour incluía la comida. Como éramos los únicos, nos sentamos a comer con Jaime. Primero había sopa, después unas empanadas de masa filo y queso y después pollo o carne con papas fritas, arroz y vegetales. Kebab que es una palabra que me resultaba familiar, significa grillado, o sea que kebab es carne o pollo asado. Sospecho que el pollo estaba macerado en aceite de oliva y pimentón porque era rosado y muy rico (ya voy a probar cocinarlo asi).
Por último fuimos a la Mezquita Azul, nombre que le dio Lord Byron. Yo nunca había entrado en una mezquita y fue un privilegio que lo hiciera por primera vez en ésta. Hay bolsas de nylon a la entrada para poner los zapatos porque hay que entrar descalzo. La abren al público fuera de las horas de oración y esta indicado adentro donde es el este, donde está La Meca. Caben 8000 personas y, aunque no hay figuras, los mosaicos, las alfombras y las columnas son impresionantes.




Cuando salimos el frío calaba los huesos. Todavía vimos un obelisco regalado a Constantinopla por un faraón egipcio, y una columna en espiral hecha por los griegos con las armaduras de los guerreros persas a los que habían vencido. Allí estaba el hipódromo y me dijo Jaime que cuando vaya a Venecia busque en el Museo Arqueológico las esculturas de cuatro caballos que estaban allí y que los venecianos se llevaron. Compramos té de manzana (van a ver qué rico es) y turkish deligths, que son unas masitas demenciales (para Gareth).
Volvimos al hotel, dejamos los paquetes y volvimos a salir, porque queríamos ir al Gran Bazar. Está cerca, a unas siete u ocho cuadras. Es difícil explicar lo que es. Un mercado con miles y miles de puestos que venden ropa, vajilla, alfombras, joyas, es indescriptible. Axel regateó y se compró un jean Armani por 30 euros (el primer precio fue 70) y una remera por 9 liras que dice "I love Istambul". Yo compré las tacitas de té, que son como vasitos con sus platitos y cucharitas, más té de manzana y más turkish delights (Gareth, estas las vas a tener que compartir).
Fuimos a un Starbucks a tomar un café y reponernos del frio y del acoso de los vendedores (son insoportables y muchos hablan castellano).
Más tarde volvimos a salir a comer algo, porque Axel tenia hambre. Cuando volvimos lloviznaba y un rato después vimos que nevaba. Axel abrió la ventana para atrapar un copo de nieve y comérselo. Hacía muchísimo frío.






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